viernes

Un poco de mí.

Primero lo primero, soy adolescente. Y una, aunque no parezca, demasiado problemática. Encerrada en un mundo que muy pocos conocen. Tratando siempre de aparentar lo que no es. Haciendo creer a los demás que la vida me pasa por donde ustedes se imaginan y lo hago bastante bien a decir verdad.
Pienso todo antes de actuar y las pocas veces que actué sin pensar aunque sea con que pie iba a caminar o que iba a decir primero las cosas no salieron como yo esperaba. Entonces se podría decir que soy un ser racional, nada impulsiva.
Creo en el destino como los cristianos en Dios. Todos tenemos un camino marcado y a pesar de que intentemos huir de él, de alguna forma lo retomamos. Sófocles lo dejo en claro con Edipo, a propósito vale decir, que es mi tragedia favorita.
Aunque odie terriblemente los cambios me adapto sin ninguna complicación y después termino amando más lo nuevo y dejando lo viejo en el pasado como un difuso recuerdo.
Me gusta compartir con cualquier persona desde un mate hasta ideales políticos. Tengo la cabeza abierta a cosas nuevas según un desconocido con el que intercambie opiniones una noche de sábado. Hablo hasta por los codos, al principio no, cuando recién conozco, pero cuando veo que el otro me da la confianza suficiente nadie me para.
No soporto la cobardía. Tal vez porque yo soy valiente. Cuando algo no me gusto voy y lo digo, y me gusta que los demás sean así conmigo. Claro esta de que de la mano de la valentía viene la sinceridad y la verdad. No solo hablo de sincerarte con la otra persona diciéndole lo que a uno le parece si no también sincerarte con vos mismo que es más importante. Tratar siempre de no mentirte porque el día que te golpea la verdad no sabes donde meterte la depresión que te agarra, lo digo por propia experiencia. Entonces, podría decir que las virtudes de una persona que yo valoro son, valentía, sinceridad y verdad. Lo demás lo aguanto.
Por lo general soy una persona tranquila, simpática, que no mata ni a una mosca.
No tengo problema en jugar, en más, dejo que el otro ponga las reglas que crea necesarias. Pero eso si, JUEGO LIMPIO. Cuando empiezo a ver que se esta llenando de barro aparece el toro descarriado y arrasa con todo a su paso tirando puteadas a diestra y siniestra acabando con lo poco que construyo sin pedir disculpas.
Nunca me arrepiento de lo que hago, digo, callo, miento, escucho, creo, amo y odio. Y me parece que eso es lo que les jode a algunos.
Pido perdón cuando se que me equivoque pero mientras crea que lo que hice esta bien los perdones los podes esperar sentado.
Mi mejor y peor defecto es la paciencia. Espero y nunca me canso de esperar. Aguanto cosas que una persona común, con un poquito de cordura, no lo haría. No estaría de más decir que otro defecto malo/bueno sería que creo ridículamente en las personas. Pongo las manos en el fuego y la mayoría de las veces aparezco con quemaduras de tercer grado que tardan en sanar. Soy, por así decirlo, ingenua en ese sentido.
Amo sonreír. Si. Amo. Me rió de todo, de todos y de mi misma. Y me gusta la gente que también lo hace. Los días en los que las sonrisas no quieren asomarse por mi rostro me escondo, me refugio entre libros, Internet, mi música, mis paredes, mis pensamientos. No dejo que me vean. Tengo la postura de que la felicidad se tiene que contagiar, mostrar. La tristeza en tuya y se tiene que quedar con vos. No vale la pena enseñarle al mundo que no estas bien. Llenarlos a los demás con tus mambos para que solo te den consejos que nunca escuchas. Mejor déjame sola y se me pasa.
Tengo la capacidad de agarrar todo lo malo de una situación y tirarlo, enterrarlo bajo tierra, quemarlo hasta que desaparece y quedarme con lo bueno y guardarlo en un rincón de mi memoria y corazón.
Perdono con facilidad, pero si la falla fue grande y me saco las sonrisas se vuelve difícil hacerlo, porque no olvido lo que me hizo mal. Y ahí es donde suena Callejeros… “Si me cansé de perdonar fue porque cuando duele nunca, nunca se olvida”.
Valoro la amistad más que cualquier cosa
. Mis amigos son mi famila, la que siempre va a estar.
En cambio del amor no puedo decir lo mismo, soy una completa inexperta. No se amar, ni se lo que es ser amado. Pero no me quejo. Cuento con 16 años y toda una vida para aprender.
La soledad nunca fue una mala compañía, pero no voy a mentir, a veces la odio profundamente y le exijo que se vaya, pero siempre vuelve y yo la recibo con los brazos abiertos. Raro. Já. Como todo en mí.
Ahí esta. Lo admití. Soy rara. Anormal. Algunas veces patética. Algunas veces centrada. Otras veces loca apunto de ser encerrada en La Mercerd. Cambiante. Tímida. Valiente. Fuerte. Masoquista. Esquizofrénica. Madura. Pendeja. Y sobre todo Anto.

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