sábado

Hipotéticamente hablando (como siempre)

Menganita quería mucho a Fulanito. Y Fulanito también quería mucho (no se si tanto) a Menganita.

Los dos se querían ¿verdad? Hasta acá todo viento.

¿Qué por que se querían? Fulanito ni idea, creo que ni el mismo sabía. Pero pongámosle que Menganita lo quería porque le gustaba que la considere una loca de la cabeza y también la forma en como se lo decía. ¿Qué como se lo decía? Ah no, eso es secreto. Si te digo es muy probable que te tenga que matar. Así que basta de preguntas y déjame seguir con la situación hipotética. Menganita y Fulanito se entendían hasta que Fulanito saltaba con alguna de las metáforas propias de él que le descuajeringaban la cosa a Menganita. Pero se entendían, al fin y al cabo. También se respetaban, se reían, se peleaban, se abrazaban, se tenían. ¿Ya dije que se querían? Si. Cierto.

Un día estos dos seres decidieron en un futuro formalizar el tema. Nadie pregunte porque Fulanito tomo esa decisión y se la planteo a Menganita, porque no hay respuesta alguna. Siempre tenía algún arranque de estos de vez en cuando.

Es que Fulanito tenía una chochera inexplicable con presentarla en sociedad como su novia, madre de sus hijos, futura esposa, etc., y nadie nunca sabía el porque. Menganita un poquito cansada de no saber si tenia que creérselo o no decidió preguntarle y dejarle en claro un par de cosas. A raíz de aquella fría y tecleada charla se llegó a la siguiente conclusión:

Fulanito la quería pero, pero, pero, pero, pero.

Menganita lo quería. Sin peros.

Y así fue como a Menganita y Fulanito se los recordara siempre como los exfuturos que de futuros solo tuvieron la palabra.



1 comentario:

Anónimo dijo...

me encantó ♥
ahora entiendo la charla
a la cual llegue tarde xD jaja
te amo antitoo!
y acordate q sigo esperando tu libro :$

PauMoya