sábado

Hilos y agujas.

Y paso un día que me vi así, indisciplinada, desnuda, miedosa de todo y de todos, hundida en mi propia y a la misma vez, ajena, oscuridad. Tocando un fondo tan hondo y hermoso que me pidió a gritos que me quede con él.

Y mi sonrisa cambió como por arte de magia. Y yo cambié casi sin darme cuenta.

Hubo un día en el que me quedé muda y rota, muy rota que ni siquiera, cuando estuve al frente de algo mucho más roto que yo pude decirle, te necesito.

Supongo que debió ser porque entendí que ya no estaba más descosida o que nunca lo había estado y que los rotos con rotos simplemente… se siguen rompiendo.

Y ya no quiero andar tirando pedazos de mí por todos los rincones de la casa.

No hay comentarios: